Vuelta a clase
Supervivencia

Cómo sobrevivir a la vuelta a clase

Después de un verano loco, la vuelta a los madrugones, a los estrictos horarios y al temor de con qué nos vamos a encontrar, provoca un estrés que hay que saber gestionar. Te contamos cómo puedes sobrevivir a un nuevo año de colegio sin decaer en el intento.

 

Mal que nos pese, las vacaciones han terminado y no nos queda otra que volver a la realidad: hay que enfrentarse al nuevo curso escolar. Tienes dos opciones: dejarte invadir por la melancolía de un otoño que asoma amenazante en el horizonte… o aprovechar la energía de un verano inolvidable con familia y amigos, de desconexión y buenos ratos, para volver a comenzar un nuevo curso con fuerza, con nuevos retos y propósitos.

¿Cómo reajustar el paso de las actividades lúdicas vacacionales a la rutina que impone el nuevo curso sin que resulte estresante? Te ofrecemos una serie de consejosque te ayudarán. Un adelanto: en una buena organización está la clave del éxito.

Nuestras 10 recomendaciones

Como lo más importante para evitar este tipo de síndromes post-vacacionales es la prevención, daremos algunas pautas para que el paso del descanso veraniego a las aulas no  sea traumático y puedas ‘reacomodar’ tu vida sin darte siquiera cuenta.

  1. Una alimentación saludable. Siempre es importante mantener un buen estado de salud, pero antes y durante el curso escolar es más necesario todavía. Las exigencias y los esfuerzos van a ser muchos, así que deberás llevar una alimentación completa y variada que te aporte la suficiente energía para garantizar un buen rendimiento escolar. Nos pierdas ninguna de las cinco comidas que has de hacer al día y evita la comida basura y los bollos industriales (seguro que te has hartado en vacaciones). Sustitúyelos por frutas y, en ocasiones, por dulces caseros. Recuerda, ¡los excesos se pagan!
  2. Organiza tus nuevos horarios. Durante las vacaciones seguro que tus horarios de ir a dormir o levantarte han sido un poco ‘moviditos’. Con la vuelta al colegio, deberás ajustar nuevamente tus horas de sueño. Para que el choque no sea tan brutal, prueba, un tiempo antes a poner en marcha poco a poco los horarios escolares. Si lo haces de manera progresiva te adaptarás más fácilmente a los ‘madrugones’ y no llegarás como un ‘zombi’ a clase ni acabarás cansado el primer día de colegio. Además, evitarás estar irritado y malhumorado todo el día.
  3. Programar una incorporación progresiva a los deberes. Para el tema de estudios, puedes hacer lo mismo que con los horarios: empezar poco a poco. No estaría de más que dieras un repaso a las materias del año anterior para que no te pille todo de golpe. Metido en faena de deberes, establece un horario fijo con períodos de descanso entre tarea y tarea. Adecua tu habitación a la nueva rutina, con los materiales que vayas a necesitar a mano, así no tendrás que estar constantemente moviéndote en busca de los lápices o bolis, interrumpiendo tu concentración.
  4. Evita dejar todo para última hora. La compra de los libros de texto, el material escolar, la mochila, el estuche, el uniforme o la ropa casual… todo debe estar preparado para el primer día, aunque no lo vayas a utilizar. Preparar las cosas con tiempo evitará la ansiedad y la preocupación que provoca el que comiences las clases y tú aún estés detrás del libro de inglés.
  5. Quedada previa con los amigos. Estaría bien que hicieras una quedada previa con los amigos del colegio para romper un poco el hielo del reencuentro. Seguro que los tendrás en tu tuenti o twitter, así que utiliza las redes sociales y convócalos para hablar de las vacaciones y de cómo se presenta el año.
  6. Fuera malas vibraciones. Muestra una actitud entusiasta y alegre respecto a la escuela. No lo veas como una carga u obligación, sino como una situación llena de novedades y atractivos. Evita la negatividad, recuerda que vas a encontrarte con tus amigos y seguro vivirás momentos inolvidables a lo largo del año con ellos.
  7. Levántate con tiempo. Es importante levantarse con el tiempo suficiente de prepararse para ir a clase, si no quieres que cada mañana se convierta en un sprint agobiante para llegar antes que toque la sirena. Te ayudará el que por la noche hayas preparado no solo todo el material escolar que necesitarás al día siguiente, sino también la ropa que te pondrás sobre todo si eres de los que se  quedan delante del armario esperando a que este le sugiera el ‘modelito’ del día.
  8. Lleva algún objeto que te resulte familiar. Si la inseguridad se apodera de ti y el estómago se te encoge cada vez que inicias el curso, llevar en la mochila algún objeto familiar al que tengas cariño, te brindará seguridad.
  9. Expón los problemas de la escuela o instituto a tus padres o profesores. Si, aunque tú no busques líos, son otros los que se meten contigo, antes de que la situación se haga insostenible, habla con toda claridad con tus tutores y padres. No te de vergüenza, ellos sabrán ayudarte de una forma discreta.
  10. Actividades extra escolares. Las actividades extra escolares siempre supondrán un alivio en la vuelta a  clase. Disfrutar y relajar tu mente del trabajo escolar, mediante el deporte o alguna actividad artística (música, manualidades…), permitirá retomar con más ganas las tareas escolares del día siguiente. Pero, ¡cuidado! Tampoco te pases, estar ocupado todo el día incrementa la responsabilidad, ya de por sí considerable, y puede hacer que actúes con desgana. Además, reduce tu tiempo de hacer deberes y tu tiempo de ocio y de relación con tus compañeros, factores imprescindibles para sobrellevar la rutina del día a día.

 

En 10 o 15 días, listo para afrontar el nuevo curso escolarLos síntomas del estrés escolar son muy comunes: irritabilidad, angustia, somnolencia, tristeza, estreñimiento, falta de apetito y apego exagerado hacia ciertas personas. El Dr. Antonio Redondo Romero, del Comité Ejecutivo de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (https://sepeap.org/, SEPEAP, nos dice que estos síntomas se suelen pasar en una o dos semanas (de 10 a 15 días), que es el tiempo necesario para la adaptación al colegio después de las vacaciones de verano.

Si notas que han pasado tres semanas y no solo no han desaparecido los síntomas si no que han ido a peor, es importante que identifiques el origen del estrés. Algunos de los factores más comunes son las altas expectativas respecto al rendimiento escolar, tanto en la escuela como en casa, así como tareas excesivas, baja autoestima y acoso escolar. Identificando el problema es más fácil buscar la solución porque las situaciones de estrés escolar permanente pueden desencadenar en depresión, ansiedad, tristeza, problemas de conducta, déficit de atención y psicosis. Así que no dudes en pedir ayuda a tus padres o tutores, ellos sabrán orientarte.

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