Los bosques representan el hábitat del 90 por ciento de las especies animales y vegetales. Con su pérdida, tres especies desaparecen cada hora. Además, muchos de los problemas de medio ambiente que está sufriendo nuestro planeta, como el calentamiento global y las inundaciones, están provocados por la deforestación de la Tierra. Nosotros podemos ayudar dedicando algo de nuestro tiempo libre a plantar árboles.
La deforestación y degradación de los bosques están costando a la economía mundial casi tres trillones de euros al año. Aunque desde las ONG y desde las instituciones se están llevando a cabo importantes campañas de concienciación sobre lo peligroso de las quemas y tala indiscriminada, en los países menos desarrollados siguen produciéndose estas prácticas de manera incontrolada.
Y no hay que irse muy lejos para ver cómo se ha reducido drásticamente la población arborífera. Seguramente habrás escuchado la historia de la ardilla que podía ir desde Gibraltar a los Pirineos de rama en rama sin pisar el suelo. Según esta fábula, España era en esos tiempos un vergel y hoy…
Nosotros podemos hacer algo para minimizar este proceso de desertificación: plantar árboles. Según afirma Joaquín Araújo (periodista y escritor naturalista español), en su libro “Ecos… lógicos, para entender la Ecología”: “La faceta más apreciada de los múltiples intentos de reparar la degradación ambiental es la reforestación”.
José Luis Sáez Sáez, quien ha abierto un blog (http://plantararboles.blogspot.com) para que los amantes del campo sepan cómo contribuir en el proceso de repoblación, afirma que al plantar árboles donde no los hay o escasean, estamos instalando una futura fábrica de semillas, que la naturaleza, los animales o los humanos extenderán por los alrededores. Veamos cómo hacerlo.
Cómo ayudar a la madre naturaleza a hacer su trabajo
La naturaleza es extraordinariamente prolífica produciendo semillas, pero la eficacia a la hora de convertirse en nuevos árboles es ínfima. José Luis Sáez nos señala dos razones fundamentales:
1. Las semillas son dejadas en el suelo a merced de cualquier animal y expuestas al calor extremo, las lluvias torrenciales o temperaturas bajo cero. Se dice que sólo dos semillas de cada 1.000 llegan a germinar. Y las que germinan vuelven a estar expuestas a los mismos riesgos.
2. La distribución de las semillas sobre el terreno es directamente proporcional a la existencia de plantas en ese terreno. Donde hay muchas plantas hay muchas semillas, y donde no hay plantas no hay semillas, salvo aquellas capaces de ser arrastradas por el viento o transportadas por animales.
Si nosotros contribuimos en este proceso (enterrando las semillas, sacando esquejes para plantar, haciendo semilleros en casa y plantado las ramas ya crecidas, protegiendo la zona donde se plantan definitivamente, regando cuando haga falta…), la eficacia aumenta extraordinariamente. También podemos distribuir mejor las semillas, plantando en zonas ‘peladas’. Vamos a ver unos consejitos que nos ayudarán a que la plantación sea más efectiva.
Unas lecciones de plantación
Se plantan millones de árboles cada año, pero como no se les da el seguimiento adecuado no acaban de salir adelante. Lo mejor es plantar de forma natural, como la naturaleza ha hecho a través de millones de años. En ‘Plantar árboles’ se nos indican varias opciones:
► Por semillas recogidas directamente en el campo.
1. Coge las semillas de los árboles que caen en el suelo en el otoño.
2. Realiza un hoyo en el suelo, coloca tres semillas a unos tres centímetros de profundidad, cubre con tierra y riega. No siembres nada en sitios por donde pasen o pasten rebaños de ganado.
3. Disimula el hoyo con hojarasca y protégelo de la acción de los animales, con piedras o estacas, dejando un pequeño agujero en el centro para que pueda emerger la planta. Puedes echar repelentes en la tierra como pimienta de cayena, guindillas, pimientos picantes secos molidos…
Si no puedes dedicar tiempo a estas sencillas operaciones, hay algo más elemental que puedes hacer, aunque sea de menor eficacia: tomar semillas y tirarlas por terrenos faltos de arbolado. Esto sobre todo se hace por sitios de difícil acceso (barrancos, cárcavas, terraplenes, taludes…).
► Por plantones.
1. Recoge semillas caídas de algún árbol. En España lo que más abundan son las bellotas, piñones, castañas, nueces, algarrobas…
2. Plántalas en casa en macetas pequeñas (mejor biodegradables).
3. Al año, y una vez haya pasado el periodo de heladas, haz un agujero en el terreno que has escogido y deposita la maceta (si es biodegradable) con la planta que haya salido. Si no deberás sacar el cepellón, que será lo que entierres…
4. Cierra el agujero con la tierra que sacamos de él y riega. Como hemos hecho antes, protege la zona con piedras, estacas y repelentes.
► Por el método Nendo Dango.
Inventado por el japonés Fukuoka, consiste en envolver las semillas en barro, formando bolas de arcilla, que al secarse se vuelven duras. Así se evita que se las coman las aves, roedores o hervíboros, protegiéndolas, además, de la climatología. En la primera lluvia importante, el barro se deshace y se liberan las semillas que germinan en la propia arcilla. ¿Cómo hacer estas bolas?
1. Mezcla en seco tres partes de compost y cinco de arcilla fina. Puede echar pimienta para repeler a roedores y herbívoros.
2. Echa agua poco a poco, remueve hasta que la mezcla quede compacta, consistente y moldeable.
3. Con el barro haz rollos, como si fuera un embutido gordo.
4. Corta en rodajas como de un centímetro de espesor.
5. En el centro de cada rodaja pon dos o tres semillas (mojadas) de árbol.
6. Cierra la rodaja y haz una bola con las manos.
7. Deja las bolas a la sombra para que se sequen. Si se cuartean, úntalas con arcilla fresca.
8. Cuando las deposites por el campo, hazlo en zonas donde haya más tierra, a la sombra de algo o de alguna irregularidad del terreno, si haces una hendidura mejor, ya que así enraizará más rápidamente en la tierra.
► Por esquejes.
1. En el primer trimestre del año, corta una rama joven del árbol que quieras replantar (puede ser de 20 a 100 centímetros). El corte ha de realizarse cerca de una yema o nudo, porque de ahí brotarán las raíces. Corta las hojas y ‘ramitas’, dejando solo las de más arriba.
2. Haz un agujero en la tierra e introduce la rama. Elige las zonas más húmedas: cerca de riachuelos, arroyos, regadíos, hondonadas u hoyuelos del terreno. Riega habitualmente, para que sobreviva al primer verano, el más crítico.
El proyecto “Ardilla: Connecting Life”
La campaña del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, ‘Plantemos para el Planeta’ (http://www.plantemosparaelplaneta.com/) ya ha conseguido el reto de plantar 47 millones de árboles en España, un árbol por habitante. Ahora se quiere ir más lejos con ‘Ardilla’, una iniciativa nacional que cuenta con la participación de las administraciones públicas, las empresas, ONG y el voluntariado social y pretende restaurar y conectar los bosques de España. Ardilla pretende servir de corredor ecológico para permitir las migraciones de las especies de fauna y flora entre distintos territorios.
Para ello se creará una red de personas, entidades y empresas con este compromiso común. En el diseño de Ardilla se ha querido complementar la gestión de los espacios naturales protegidos con Red Natura 2000. El proyecto ya ha despertado el interés del Consejo Europeo y será exportado internacionalmente.
La Red: los corredores unirán Tarifa a la Comunidad Valenciana y a Castilla la Mancha. El corredor costal, a lo largo del Mediterráneo, se prolongará hasta Francia. Luego, por un lado seguirá la costa Azul francesa bajando hacia el sur de Italia a través de un largo corredor mediterráneo, y por el otro lado subirá hacia el centro de Europa para unirse al gran cinturón verde centroeuropeo. Esto representa, solo en nuestra Península, un total de unos 4.000 km.
Puedes seguir la página del proyecto en Facebook: https://www.facebook.com/ArdillaConnectingLife
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